Cuando se producen los saltos entre departamentos en el desarrollo y vida de un proyecto fotovoltaico, es muy normal encontrar deficiencias que el equipo anterior no ha tenido en consideración, sobre todo debido a la falta de experiencia en la siguiente fase de ejecución.
Respecto a este punto, hay dos saltos principales en la vida de un proyecto, el traspaso de diseño e ingeniería a construcción, y de construcción a O&M.
Siempre van a aparecer problemas en sitio que haya que solventar instantáneamente, tomando decisiones que desemboquen en <<ya lo pondremos en el As built>>. Pero la realidad es, ¿cuántos de estos problemas se podrían evitar si se creara una buena red de comunicación, conocimiento y experiencia entre departamentos?
En el caso de construcción se comprueba y corrobora eso de <<sobre el papel, todo vale>>. Hay veces que, por ejemplo, en el estudio hidrográfico, no se consideran realmente las afecciones que se pueden crear durante la ejecución del proyecto fuera de los límites de éste. Y desde obra, de pronto, nos encontramos que estamos llenando de tierra y agua la vivienda de un señor porque el desbroce ha provocado que el material quede suelto y se desprenda.
Desde el departamento de ingeniería, no se suele tener en consideración el tipo de terreno de cara a la distribución de material, desplazamiento por la obra de las máquinas y trabajadores; lo que acaba desembocando en la distribución de los crails (Raíles de la estructura fija) a mano por dos operarios hundiéndose, literalmente, de barro hasta las rodillas.
Desde diseño, el hacer una línea de evacuación por una carretera, siempre que cumpla todas las condiciones técnicas y normativas, es apto. Pero en obra, descubres que tienes que paralizar la ejecución de dicha línea de evacuación porque no se ha tenido en cuenta que, más adelante, hay una vivienda que no tiene otra salida. Acabas ejecutando esta fase del proyecto en el momento en el que dicha familia te comunica que se va a pasar el fin de semana fuera.
Por otra parte, nos encontramos situaciones en las que, con dinero, tiempo y ganas, podemos montar una estructura fija en terrenos con más de un 30% de pendiente este-oeste y una caída de pendiente N-S que desemboca en alturas de mesas de hasta 4 metros. Se puede, sí, pero ¿realmente merece la pena producir unos pocos watios más a cambio de atrasar una obra un mes y aumentar en miles y miles de euros el coste de esta?
Por parte de O&M, cuando al fin el proyecto llega a ellos, se encuentran inversores en localizaciones a las que no se puede acceder con un vehículo, lo que aumenta notablemente la dificultad de cambiar ese equipo en el caso de que sea necesario.
Se encuentran mesas en las que es necesario instalar un andamio para comprobar torques y cambiar módulos, y un suelo que se mueve y en el que te hundes como si de unas arenas movedizas se tratara, planteándose desde abajo cómo van a hacer para reemplazar el módulo.
La discusión entre departamentos es algo intrínseco en la vida de un proyecto, pero con una buena cadena de comunicación y lecciones aprendidas, se podría disminuir de manera fácil el número de problemas a los que debe enfrentarse cada una de las fases implicadas. Conllevando, por supuesto, un ahorro en dinero y tiempo.