Desde Conestrade Seguridad S.L. queremos agradecer a la Unidad de Energía de Arram Consultores la oportunidad que nos brinda de abordar con mayor profundidad las últimas tendencias en videovigilancia para sus parques solares.
Como continuación al artículo “Avances en la videoanalítica para videovigilancia en parques solares” preparado por Enrique Tébar, ha llegado el momento de repasar las enormes posibilidades que las cámaras térmicas brindan a nuestros clientes, o bien como sustitutas de las convencionales o “de rango visible” (es decir, no instalar ninguna de rango visible sino instalarlas todas térmicas), o bien instalar de ambos tipos, como sistema híbrido, como en la figura adjunta.
Imágenes simultáneas de un mismo parque solar con cámaras de rango visible (2 imágenes superiores) y térmicas (2 imágenes inferiores)
La visión nocturna con cámaras de rango visible es posible gracias a los focos infrarrojos que se suelen instalar en las inmediaciones de la cámara, sobre el mismo poste o báculo, pero tiene alcance limitado, y además las polillas nocturnas volando alrededor del foco infrarrojo también pueden generar falsas alarmas para la videoanalítica, ya que actúan como difusores de luz.
Todos estos problemas se resuelven mediante el uso de cámaras térmicas, que no disponen de objetivo óptico sino de sensores de temperatura de los objetos detectados, formando de esta forma imágenes luminosas visibles por el ojo humano y con gamas de color asignadas a diferentes rangos térmicos. Y como en la captación mediante cámaras térmicas no existen las sombras, se reduce por este motivo la tasa de falsas alarmas generadas.
Las cámaras térmicas operan con longitudes de onda en la zona del infrarrojo térmico, que se considera entre 3 y 14 µm. Son por tanto de muy alta sensibilidad; concretamente en la actualidad ya es menor de 35 milikelvins, lo cual nos permite disponer de un altísimo contraste térmico de los objetos detectados. Esto sucede sobre todo en escenarios donde predominan las altas temperaturas, como las áreas desérticas, donde la temperatura corporal se iguala fácilmente a la del entorno, con la consecuente dificultad que podría llegar a presentar el uso de cámaras de 50 milikelvins.
Una de las principales ventajas de esta tecnología térmica es el menor número de cámaras e infraestructura asociada (licencias, báculos, arquetas, cableado, etc.) necesarias para el mismo rango de observación. Y dado que dependiendo de su distancia focal de trabajo y su sensibilidad, son entre 10 y 15 veces más caras que las de rango visible, podríamos estimar que donde más optimizan su uso, haciendo una comparativa “costes unitarios de cámara vs número de cámaras para cubrir la misma distancia” es a partir de 270 m. Esto quiere decir que a menores distancias de observación es preferible emplear cámaras de rango visible mientras que para distancias mayores en línea recta, lo que sucede actualmente con los parques solares de muchas decenas e incluso cientos de MW, la tecnología térmica está marcando tendencia, por no hablar del ahorro en el número de direcciones IP de la red o en el número de entradas necesarias en el router del sistema de control de la videovigilancia.
Cabe señalar que cuando se cubren distancias muy largas con cámaras térmicas, en caso de tener una detección en una zona muy lejana y su consiguiente alarma, no se podría distinguir la morfología del cuerpo que hubiera invadido el perímetro. Por ello, deberían de ubicarse cámaras motorizadas con una alta capacidad de zoom, así como de visión nocturna.
Ahora bien, para concluir debemos indicar que cuando Conestrade Seguridad S.L. instala cámaras térmicas en los parques solares de nuestros clientes, es necesario comunicar por escrito a la autoridad competente su ubicación y número de serie (para evitar su robo y circulación en el mercado negro) ya que tienen una capacidad de visión nocturna muy alta sin ser detectadas al no necesitar radiar luz infrarroja para su operación.