Con el presente artículo pretendo hacer un recorrido por la historia de las plantas de generación fotovoltaicas en España desde el punto de vista del promotor, para hacer comprender al lector cuáles han sido las oportunidades de desarrollo, cuáles han sido los errores y sus consecuencias, así como identificar las nuevas oportunidades que se presentan en el presente y futuro cercano.
Mi "memoria" en el sector comienza en el año 2006. ARRAM ya contaba con gran experiencia en lo referente a energía, pues desde 2003 habíamos conseguido los contratos de ingeniería de Endesa e Iberdrola en varias provincias. Si bien no consistían en proyectos de instalaciones renovables, sí que se regían por la misma legislación (Ley 54/1997 del sector eléctrico, y Real Decreto 1955/2000).
Motivados principalmente por los incentivos establecidos por el RD 436/2004 y el posterior RD661/2007, así como la aparición de signos de crisis en el sector inmobiliario, las promociones de plantas fotovoltaicas empiezan a tomar cuerpo. El RD436 recogía una tarifa regulada del 575% de la tarifa eléctrica para instalaciones fotovoltaicas de hasta 100kW. El RD661 modificó este incentivo a una tarifa de 440€/MWh para los primeros 30 años. Ambos sumamente interesantes tanto por la cantidad económica como por contar con la garantía de un Real Decreto.
Este incentivo en particular hizo proliferar promociones de 100kW. No era problema obtener puntos de conexión, hasta junio de 2007 no fue preciso depositar garantías para solicitarlos. Bastaba con un simple formulario de solicitud a la distribuidora.
Rápidamente, los asesores estratégicos de los promotores empezaron a desgranar la regulación cual equipo de Fórmula 1 que busca los resquicios del Reglamento para encontrar ventajas para obtener el máximo rendimiento. Los parques de 100kW se convirtieron en grandes agrupaciones llamadas huertos, que compartían un punto de conexión y así disponían de la máxima tarifa.
El gran aluvión de solicitudes de acceso tuvo su reacción en el Legislador con la aparición del requisito de depositar una garantía de 500€/kW. No se frenó el empuje del sector por ello. Era un negocio tan seguro que las entidades financieras seguían apoyando a los promotores.
El otro método de control del crecimiento desmesurado de las fotovoltaicas fue la inclusión en el RD 661/2007 de un objetivo de potencia instalada, que para fotovoltaica en suelo fue de 371MW. A priori parecía una buena medida, pero de nuevo los estrategas van por delante del Legislador, y encontraron el resquicio. El detalle era que al alcanzar el 85% de dicho objetivo, se daban 12 meses para cerrar el registro de instalaciones. Resultó que un año fue suficiente para iniciar, tramitar y construir una planta fotovoltaica. Ese 85% se alcanzó el 28 de septiembre de 2007. 12 meses después, la potencia instalada llegó a 3.398MW, frente al objetivo de 371. Todas esas instalaciones tenían derecho a la retribución que el RD 661 garantizaba durante 30 años. El Gobierno se encontraba con una situación cuando menos comprometida: se disparaba la retribución prevista para la fotovoltaica justo en un panorama de una "no" crisis financiera mundial. Estaba en juego la credibilidad del país, pero las cuentas eran insostenibles.
Por otro lado, la prensa de las planta fotovoltaicas no era nada buena. La opinión pública culpaba a las renovales y sus "subvenciones" de ser la culpable del déficit tarifario y de la subida de la luz. Los problemas económicos de la crisis acuciaban a las familias y a las empresas, y las renovables se "iban de rositas" con su subvención garantizada. Todo ello, junto con el cambio de Gobierno, precipitó en 2012 la publicación de la moratoria que suspendió temporalmente las primas a las renovables. La consecuencia fue el freno total del sector fotovoltaico en España, procesos de refinanciación, quiebra de pequeños promotores, y el fin de un proceso de cerca de 6 años que se originó como una oportunidad para mejorar el sistema eléctrico y la contribución al medio ambiente, y que posición a España como el país con mayor ritmo de crecimiento en instalaciones fotovoltaicas del mundo.
El panorama en 2012 en España se resume en 4,5GW instalados, tasa de crecimiento prácticamente nula, un sector mal visto por la opinión pública y un coste de instalación de 6 millones de € por megawatio.
En el próximo artículo recorreré el período 2012 hasta la fecha actual. El Pacto de París de 2015, la emergencia climática y la reducción de costes marcarán la evolución y las nuevas oportunidades de la industria fotovoltaica.
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