Trabajos faunísticos de campo.
En Arram Consultores, S.L., desde el Departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad, desarrollamos todo tipo de trabajos de campo relacionados con la fauna de la mano de nuestro experto, Pablo F. Galan Alberruche, ambientólogo y especialista en fauna salvaje.
Actualmente estamos llevando a cabo trabajos de censos específicos de aves, ciclos anuales de seguimiento de avifauna, mesomamíferos, herpetofauna, quirópteros, ictiofauna, artropodología, etc.
En esta ocasión nos ilustra con una breve explicación de la utilidad del radiomarcaje de aves, técnica que lleva años estudiando y practicando con diversas especies, y de la que actualmente tenemos algún proyecto en marcha (que no podemos desvelar por confidencialidad).
Aves, emisores y sistemas de información geográfica (SIG).
Son ya muchos los años en los que las aves han representado una parte pieza fundamental en las sociedades que forma el ser humano. Hoy en día estas mismas nos permiten conocer o predecir el estado de los ecosistemas que conforman nuestro entorno. Es por ello, por lo que han ido siendo utilizadas para evaluar posibles riesgos o afecciones que tienen los cambios bruscos en el medio. Estos cambios pueden tener un origen antrópico o no, como la erupción de un volcán o la construcción de una carretera.
Figura 1. Pablo (yo) con el primer pollo de chotacabras pardo radiomarcado del mundo.
Cuando el cambio se produce por parte del ser humano se hace imperiosamente fundamental evaluar las posibles afecciones que este puede tener sobre el medio ambiente. Una de las herramientas biológicas más utilizadas y ampliamente conocidas son las aves. Estudiar la comunidad que conforma un área determinada y conocer las zonas donde estas desarrollan su actividad, como los lugares de nidificación y alimentación. Estos sitios elegidos por las aves suelen reunir una serie de características de mayor valor ambiental que el resto del sistema. Por lo que permiten hacernos saber qué sitios pueden resultar más vulnerables o sensibles para las comunidades de fauna y flora.
Conocer estos aspectos muchas veces es dificultoso, ya sea por la detectabilidad de las aves o por lo abrupto que puede resultar un territorio. Muchas de las aves empleadas como “centinelas” pueden presentar un tamaño reducido, tener plumajes crípticos o ser de hábitos nocturnos, aspectos que pueden dificultar la recolección de datos.
¡Pero para ellos disponemos de tecnología!, en este caso emisores. Son diversos los tipos; de emisión de frecuencia de radio (UHF y VHF), de recolección autónoma de puntos geo referenciados (GPS), de detección de las horas de sol y oscuridad (geolocalizadores) incluso de envío de datos a la nube de manera periódica mediante señal GPRS.
En la mayoría de los casos, estos emisores son colocados mediante arneses cuando hablamos de las aves. Estos pueden ser torácicos (como una mochila en la espalda) o pélvicos (el emisor queda algo más bajo). Sin embargo, existen otros tipos de colocación como pegado directamente al plumaje o en la pata (mediante anilla), cuello o ala. Su coloración es lo más similar a la del ave y carecen de brillo. El peso que presentan estos es muy reducido (menor del 5% del peso del ave) y no supone ningún impedimento a la hora de realizar cualquier tarea. Además, muchos de estos dispositivos cuentan con un pequeño pero efectivo modulo fotovoltaico que alarga la vida útil de los aparatos (en muchos casos llegan a emitir hasta 10 años).
Además de los datos citados anteriormente los emisores pueden registrar tos parámetros de las aves y el ambiente. Existen emisores capaces de recolectar datos de temperatura, velocidad, acelerómetros (posición de los ejes x, y, z), altimetría y diferentes aspectos que pueden ayudar al analizador a conocer o tomar posibles decisiones.
Todos los datos que son recogidos por estos emisores pueden analizarse con ayuda de herramientas como los sistemas de información geográfica y los programas estadísticos. Existen modelos que pueden informarnos (con ayuda de los acelerómetros) si el animal se encuentra en posición de incubación, lo que nos indicaría el lugar concreto del nido, o si por ejemplo el animal se encuentra en vuelo o comiendo.
Respecto los sistemas de información geográfica estos hacen posible detectar rutas de migración, usos del espacio y aspectos etológicos de las especies.
Por lo que, sumando los datos obtenidos mediante estas técnicas, la implementación y análisis en diferentes modelos de SIG y los programas estadísticos se pueden reducir, e incluso neutralizar, los efectos que las acciones humanas pueden generar sobre la biodiversidad y el medio. Aunque para lograr todo esto es estrictamente necesario un trabajo de calidad llevado a cabo desde la captura de los individuos (incluso el planteo del estudio) hasta el análisis e interpretación de resultados.